El uso de herramientas de análisis permite a las empresas generar algoritmos para comprender el comportamiento de los usuarios, rastrear los elementos que influyen en su nivel de satisfacción y detectar problemas específicos a tiempo. De esta manera, se abre la posibilidad de ofrecer una atención hiperpersonalizada, predecir las emociones del cliente y visualizar el impacto que las estrategias CX tienen en los resultados del negocio.