Una experiencia al cliente (CX) elevada es una de las tareas más estratégicas que las empresas de servicios financieros pueden adoptar. Los clientes satisfechos invierten más, rotan menos, comparten recomendaciones y suele ser más económico servirles.1 Sin embargo, las empresas de servicios financieros se enfrentan a un dilema entorno a CX. Los clientes exigen acceso a herramientas avanzadas de self-service que les permitan hacerlo ellos mismos. Pero al mismo tiempo, esperan personalización, que sus relaciones con sus proveedores de servicios financieros sean en gran medida transaccionales y muy a menudo quieren hablar con un agente.
En este white paper veremos cinco herramientas —mandatos incluso — que las empresas de servicios financieros pueden usar para elevar y acelerar sus iniciativas de experiencia al cliente.